viernes, 10 de octubre de 2014

secreto llamador

Para que oiga, llámelo tres veces:

Ven (PLP) aquí atado y debajo de mis plantas, si en sueño de morador no hace  memoria de mi cariño y de mi persona hazlo se presente ante mi; con Jesús, María  y José con este secreto, llamador del justo cerebro, se dirija a mis sentidos el  Ángel de la Guarda para que me quiera y no me olvide y el santo nombre de el  para que se desespere por mi, que olvide cuanto vicio mantenga en la calle; si  cualquier mujer tratare de combatirme, sea odiado y trastornado por (PLP); ven  (PLP), ven (PLP).
Tres salves.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; vida, dulzura y  esperanza nuestra, Dios te salve. A tí clamamos los desterrados hijos de  Eva; a tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea,  pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos  misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto  bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen  María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de  alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
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