secreto llamador
Para que oiga, llámelo tres veces:
Ven (PLP) aquí atado y debajo de mis plantas, si en sueño de morador no hace memoria de mi cariño y de mi persona hazlo se presente ante mi; con Jesús, María y José con este secreto, llamador del justo cerebro, se dirija a mis sentidos el Ángel de la Guarda para que me quiera y no me olvide y el santo nombre de el para que se desespere por mi, que olvide cuanto vicio mantenga en la calle; si cualquier mujer tratare de combatirme, sea odiado y trastornado por (PLP); ven (PLP), ven (PLP).
Tres salves.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A tí clamamos los desterrados hijos de Eva; a tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén